martes, 5 de noviembre de 2013

Es la Justicia

Hoy se hace presión sobre la oposición, se le ruega que deponga sus diferencias para poder desalojar del poder a una estructura que avasalla las instituciones.

Es injusto. Es monstruoso. Y para peor, no funciona. Y después se vitupera a los políticos que no están preparados para salvar a la patria, ni ver en su futuro más allá de un palmo.

Y el problema principal no es político. Hay una banda de ladrones, de criminales que quiebran la ley con total desparpajo. La impunidad que sienten es fruto de haber destruido no sólo a cualquier institución de control, sino a la Justicia misma.

En la Argentina de hoy, vivimos día a día un golpe de Estado distinto y en distinto grado. Porque los hay brutales, chiquitos y grandes.

El plan «carpetazos para todos» del que nadie habla es otro ilícito del que la Justicia ha desaparecido. Si la Corte Suprema ha sido fuente de esperanza para algunos incautos, cabe explicarles que este tribunal cree más en emparejar que en impartir justicia.

Tenemos un tribunal, muy serio, muy compuesto, pero que trabaja más para un cartel de la droga, o una mafia de puerto que para sentar la jurisprudencia de un país.

A nada llegaremos insultando y exigiendo alianzas políticas. Tenemos que despertar a los hombres y mujeres de la ley. A los que todavía tienen el coraje de blandir la ley. Hacerles sentir que no están solos.

Argentina tiene que despertar o desaparecer.

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