sábado, 21 de diciembre de 2013

Crimen y política

Una de las cosas que me ha llevado diez años de cavilaciones, ha sido tratar de asimilar la relación entre mi país y el movimiento que ha cristalizado un partido que hoy gobierna. Tengo que hablarles de mi un poco, porque en más de una oportunidad me he sentido un extranjero. Argentina tiene la inquietante costumbre de hacernos sentir de otro planeta.

Nunca pude ver a Kirchner como otra cosa que un criminal. El político desgarbado, con una horrenda dicción y un contenido demasiado básico, no hubiera llegado muy lejos. De hecho, en su historia se observa que nunca pudo llegar al poder desde el fervor popular. Ni siquiera a la intendencia, su primer triunfo en los votos. Apenas raspando.

Kirchner llegó a la gobernación de Santa Cruz urdiendo planes, tendiendo trampas y exigiendo un juicio político a su antecesor: Ricardo Jaime del Val. El arreglo incluyó la complicidad de Granero, el vice, que gobernó durante dos años para preparar su llegada al poder. También llegó con un número escaso de votos, pero se sumó a Arnold con la ley de lemas y abrazó el poder. El plan les suena conocido?

Néstor Kirchner tenía tres facetas notables: el político, el empresario y el acumulador de poder. Y el ordenador  de su vida, que fue ese poder desenfrenado, es la médula de todo criminal.

Si Kirchner tuvo éxito como abogado fue porque era un empresario tenaz. De la misma manera, si tuvo éxito en la política fue por su ambición por el poder, más allá de cualquier reglamento, y fuera de toda medida. En mi diccionario, estoy describiendo a un criminal, y ahí sí me animo a esbozar mi primera alabanza: era un gran criminal.

La Argentina hace medio siglo engendró otro enigma para mi: la tolerancia a la violencia como conductor de la política. Escucho a los protagonistas, arrepentidos hoy, revivir esas épocas con una pasión que me resulta inquietante. Vivieron una aventura.

Los nombres de las agrupaciones tenían muchas emes, erres rabiosas, tes, enes, efes sibilantes. Sus siglas debían sonar como un aullido, un golpe. Las palabras, las consignas, debían despertar imperativos humanos, fuerzas de la naturaleza, imparables, que asomaban como un nuevo sol. Se movían de izquierda a derecha, de arriba a abajo sólo para buscar una mejor audiencia. Era un juego.

De alguna manera, y después de mucho sufrimiento, aprendimos a no cultivar esas pasiones. Si antes eran unos pocos los horrorizados, hoy pareciera que el furor de la violencia no prende. Por ahora.

Pero de la misma manera que hasta los menos violentos hacían un gesto dispendioso ante los desmanes, hoy en Argentina se desprecia la importancia de no dejar un lugar al crimen. La palabra corrupción aburre. Y así, fuimos llegando al día de hoy, en el que el crimen ha desplazado incluso a la política.

Pactar con el crimen es el error más terrible cuando no se asume una carrera criminal. El diezmo de la corruptela hoy ha sido reemplazado por un socio criminal que extorsiona y exprime tanto a empresarios como periodistas, políticos de todo ámbito y cualquier persona que ostente algún poder, aún mediático.

La política se repliega en esta barbarie, porque si hay algo que no sabe hacer ningún capo es someterse a ninguna ley ni a ningún código. Ni los propios. La Justicia, que ya estaba equivocada en Argentina, también se ha quedado muda.

Una regla general que se había impuesto esta Justicia empobrecida, era no interferir con la política, aún teniendo pruebas. El triste enunciado alberga, visto de costado, un fin noble: la Justicia tiene que ser ese guardián sereno que no interfiere con el griterío impostado de la política, para ofrecer un marco más grande, sólido y estable. Pero en ese mismo enunciado reside su mayor fracaso: sólo se puede administrar ese límite de forma discrecional y sobre todo injusta.

Cabe saber si el país está entendiendo que el crimen no paga, pero algunos politólogos están aprendiendo que se sienten más cómodos describiendo al escenario actual desde la criminología. Es una pequeña luz de esperanza, pero no alcanza.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Golpe de Estado

Cristina se ha vuelto transparente. Desde el retorno de su convalecencia se ha mostrado dos veces. Una como una estrella que no necesita dar definiciones políticas. Otra, como una actriz que se pone el personaje de una política que no se rinde. Ambos discursos del todo desconectados de las medidas gubernamentales que se tomaron después.

Gobierna otro. No es el vicepresidente, ni el Senado. No es, en apariencia, el súper secretario Zannini, que ahora parece apaleado y menor. Es un personaje que tiene sólo cierta legitimidad en su provincia. Algunos votos. Capitanich, el gobernador ahora es primer ministro. Resucitamos a Raúl Alfonsín para que se sonroje.


La Constitución ordena otro traspaso, con declaraciones de incapacidad, trámites, papeleo. Definiciones.

Aquí el PJ lo que ha ofrecido es un traspaso por incapacidad política, pero que no se note. La modificación del Código Civil es parte de esa tregua. Capitanich amaga con que el tema se aplaza y los cristinistas tiemblan. Miente, porque eliminar las responsabilidades de los funcionarios es un beneficio que se toma para sí mismo. El primer funcionario.

El PJ tiene que hacer el ajuste. Cristina les dijo: si yo me voy como De La Rua el PJ no gobierna más. Mostró encuestas. A la gente enojada en las calles. Al Partido Obrero, antes incluso, de Salta.

Amenazó con irse de la peor manera cuando no es eso lo que más teme. Y Capitanich cayó en su trampa. El ministro de economía es de ella, porque la obligaron a poner a alguien de su caja de fusibles. Y para que no se note tanto.

El pobre Axel Kicillof se ha sentado a la mesa para descubrir que en su asiento dice "Celestino Rodrígo". Toda una vida de ser parte de la revolución imaginaria, para encontrar que su papel en la historia será el de pagar con las culpas de un derrumbe económico innecesario. En este momento, con YPF, la prensa le obliga a comerse sus palabras. No hay piedad para tragarse ese sapo.

Pero Capitanich es una termita eficiente. Ha depredado a su provincia con más ahínco que los Kirchner, si eso es posible. De una provincia pobre y sin petróleo ha sabido exprimir al Estado para obtener más recursos que ninguna otra. Y el Chaco sigue siendo una provincia pobre, capaz de freir a un bebé en una incubadora improvisada desde la más profunda ignorancia.

El "Coqui" sabe que si se va, si no lo dejan hacer y pega el portazo, el gobierno de Cristina se desploma en ese instante. Por eso se anima a meter tanto cambio. A disimular tan poco. A contradecir al ministro de economía, Axel Kicillof, sin siquiera mencionarlo.

Cristina, ha caído en la trampa del PJ.

Dedicado a Guillermo Raffo, inspirador.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Periodismo mono


Mono enfurecido, tirando cuchilladas al aire. La espuma le sale por la boca y tiene los ojos inyectados de furia. El periodista pregunta: qué le recomienda al mono?

Arde un edificio, la gente huye tratando de salvar sus pertenencias. El periodista se le acerca al bombero y le pregunta: cómo hacemos para que la gente vuelva con los dólares?


Imágenes. Amigos economistas que se toman en serio algunas preguntas.

  • El mejor paquete de medidas puede fracasar si se anuncia mal.
  • Cualquier medida se puede malinterpretar. O mal implementar.
  • Es la confianza, estúpidos.

Si bien es cierto que el gran problema de nuestro país hoy es el desbocado déficit fiscal, ponerse a hurgar en el profundo bolso del Estado es bastante complicado. Debe haber un mar de ineficiencias, políticas equivocadas, y agujeros negros por donde sale la plata al divino botón.

Debe haber un montón de gente que no puede invertir por mil razones.


Y gente pesando bolsos de dinero.

Estamos frente a un gobierno que viene haciendo las cosas mal desde hace más de diez años, que ha precarizado la estructura que necesita un país en todos los sentidos, que ha malgastado tantos años de crecimiento a tasas chinas. Que espanta inversiones. Que empobrece a sus habitantes. Y que les cobra impuestos siderales a cambio de nada.

Volvemos al periodista, al micrófono, a devolver la gentileza de quien entrevista, y da un espacio. Volvemos al punto de valorar el espacio.

Se debe explicar cuál es la situación, señalar al incendio, al mono, advertir que nos estamos haciendo las preguntas equivocadas. Con todo el amor, la paciencia y la buena educación que podamos abarajar en ese momento.

Por favor.


martes, 5 de noviembre de 2013

Es la Justicia

Hoy se hace presión sobre la oposición, se le ruega que deponga sus diferencias para poder desalojar del poder a una estructura que avasalla las instituciones.

Es injusto. Es monstruoso. Y para peor, no funciona. Y después se vitupera a los políticos que no están preparados para salvar a la patria, ni ver en su futuro más allá de un palmo.

Y el problema principal no es político. Hay una banda de ladrones, de criminales que quiebran la ley con total desparpajo. La impunidad que sienten es fruto de haber destruido no sólo a cualquier institución de control, sino a la Justicia misma.

En la Argentina de hoy, vivimos día a día un golpe de Estado distinto y en distinto grado. Porque los hay brutales, chiquitos y grandes.

El plan «carpetazos para todos» del que nadie habla es otro ilícito del que la Justicia ha desaparecido. Si la Corte Suprema ha sido fuente de esperanza para algunos incautos, cabe explicarles que este tribunal cree más en emparejar que en impartir justicia.

Tenemos un tribunal, muy serio, muy compuesto, pero que trabaja más para un cartel de la droga, o una mafia de puerto que para sentar la jurisprudencia de un país.

A nada llegaremos insultando y exigiendo alianzas políticas. Tenemos que despertar a los hombres y mujeres de la ley. A los que todavía tienen el coraje de blandir la ley. Hacerles sentir que no están solos.

Argentina tiene que despertar o desaparecer.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Argentina me mata

Me envejece este país. Un mar de imbecilidades en el que están todas las posibilidades y no podemos tomar ninguna.

Deberíamos denunciar la imbecilidad con menos timidez. Al que viene con una latita de enunciados y proclamas que no cuajan -ni para comprar una pizza- le deberíamos decir más sinceramente: sos un imbécil. Por lo pronto propongo que dejemos de subvencionarlos. Porque viven de nosotros, y nos dicen que "todo es política" y nos exigen el impuesto a sostener incoherencias y caprichos.

Hasta ahora la táctica ha sido marearnos. Dejarnos en un país lleno de precarieades y miserias antojadizas, para disfrazar la idea de que el mundo kirchnerista carece de contenido, de sustancia.

Tenemos inflación, y por eso no sabemos cuánto cuestan las cosas, cuál es la relación de lógica entre los precios, y no sabemos cuánto costarán mañana. Si les cuento que hacía un presupuesto anual de entradas y gastos -con un proyectado de cinco años- van a entender lo perdido que me siento.

Como si no alcanzara, a las leyes promulgadas se le debe agregar la ley no escrita de un señor que se llama Moreno y que organiza la economía dando instrucciones telefónicas, amenazas incongruentes y persecuciones arbitrarias y abusivas.

Desde la muerte de Néstor Kirchner el modelo, el proyecto y la relación de los poderes se ha cambiado. El discurso repite que está todo igual, y enarbolan de palabra las banderas del tuerto -así lo ha recordado públicamente su viuda en dos ocasiones-. Y aunque no me gustaba nada la Argentina manejada por un matón, han conseguido empeorarla con una Argentina oligofrénica. Y a todo esto con un barniz progre tan deforme y poco esmerado que hay que hacer un gran esfuerzo para permanecer engañado.

A todo lo que acabo de nombrar, y como un moño que alguno pensó que le faltaba, tenemos a nuestra presidente en cama. No sabemos qué está haciendo en realidad, ni qué tan grave es lo que tiene, si es que tiene algo. Como he dejado en claro en este blog, las conjeturas que se tejen son variadas y me agotan.

La sensación de que, más allá de una foto épica y berreta, vamos a la deriva es muy fuerte.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sustitución

La presidente no está al mando, pero quién lo está ahora?

El vicepresidente electo es Amado Boudou, un señor que, a pesar de tener una de las imágenes más negativas que puede soportar un político en funciones, fue votado en una papeleta en la que figuraba debajo del nombre de Cristina Fernández de Kirchner.

Tal es su fama, que los ministros de su gabinete dicen que no harían caso a una orden del presidente en funciones. Para tranquilizarnos, y sin percibir que ahondan la sensación de golpe de Estado, sugieren que la única jefa es Cristina --convaleciente de una operación en el cráneo-- y que reciben sus mensajes a través de su hijo Máximo Kirchner o del señor Zanninni.

La legitimidad es un concepto que parece abstracto hasta que sucede lo impensable. Hasta que se hace necesaria. 

Gastar cientos de millones de dólares  del Banco Central para frenar la suba de un dólar lateral no es tan descabellado si en realidad se protege a un gabinete incapaz de ponerle la firma a ninguna medida.

El señor Randazzo se enfrentó a un momento singular cuando se produjo un choque de trenes bajo su responsabilidad, --momento para recordar su revolución ferroviaria-- y su anunciada medida de estatizar los trenes fue a parar al cajón cuando se enteró de que necesitaría la firma del vice. Digo, del presidente.

Caminamos, como siempre que lo hacemos de la mano del kirchnerismo, por el filo de la navaja, mirándonos el ombligo.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Una teoría audaz

Supongamos que el juez de la Corte Suprema, el dr. Lorenzetti, pactó con Scioli y no con Cristina de Kirchner, -o Zannini-. Él es un juez que tiene aspiraciones políticas, y tiene razones sólidas para ver el reino de Cristina sucumbir. Igual que Scioli.

Con el fallo, Lorenzetti borra la semana triunfal de Massa. Eso fue música para los oídos de Scioli, pero también desarma la bomba de Clarín a largo plazo, con lo que se beneficia a Scioli y a muchos políticos que ven en un multimedios tan poderoso un problema.

El momento en el que Lorenzetti entrega el fallo de la Corte Suprema le da aire al gobierno kirchnerista, pero el resultado se verá posiblemente en dos años. O en más.

Es una victoria que pronto dejará un sabor amargo en el gobierno actual si intenta forzar los mecanismos administrativos para apurar los plazos. Carece de legitimidad para atropellar a la Justicia y sentirá con impotencia que Clarín se burla de la ley una vez más.

Si el macrismo aprovechara la oportunidad, y promulgara algún decreto (o mejor una ley) que enuncie una protección a la libertad de prensa, aún sin ser efectivo, podrá arrojarse una victoria contra los opresores, aún sin ser el verdadero responsable.

Queda muy claro que lo que dijo el dr Lorenzetti no puede ser más cierto: el tema está lejos de estar cerrado.

Acefalía

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner no se encuentra en el mando en este momento.

Problemas médicos mal reportados disparan diversas interpretaciones y teorías que quiero analizar porque la ausencia de noticias certeras vuelven todas las hipótesis posibles.

El gabinete actual, incluido el presidente en funciones, no se anima a firmar ningún papel importante, ni quieren tomar ninguna medida.

Las elecciones han pasado, y la única medida de rescate político -y no ha salido bien- provino de un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que convalida la pelea que lleva a cabo este gobierno contra los medios que no le sonríen.

No sería lógico analizar ninguna de las alternativas sin tomar en cuenta que hacia delante sólo queda un escenario de crisis.